Cuba es una dictadura que usa el terror y la propaganda para reprimir a su pueblo. Lo encierra, silencia y enfrenta a familias usando la extorsión y la amenaza. Las prácticas constantes de detención ilegal, ruina por discrepancia política, señalamiento y limitación de los derechos fundamentales no tienen nada que ver con ningún bloqueo ni embargo y todo que ver con el régimen totalitario comunista.
Toda la propaganda que blanquea a la dictadura comunista liberticida está basada en dos mentiras: el “bloqueo” y la “sanidad pública cubana”.
Cuba solo sufre un bloqueo: el de la dictadura contra su pueblo, al que le limita las importaciones de alimentos, medicinas, uso de internet y libertad de viajar. La evidencia la hemos visto esta semana cuando han “levantado temporalmente” la limitación de importación de alimentos y medicinas.
Desmontar la mentira de los excelentes servicios públicos cubanos es fácil. Solo hay que ir a Cuba y verlo.
La sanidad que tanto publicita el régimen es un sistema fallido y ruinoso que solo da servicio de calidad a los extranjeros ricos y a los líderes del régimen. Cuba sufre la “sanidad gratuita más cara del mundo”, como me decían en La Habana.
El mito de la calidad de la sanidad se ha desmontado en varias ocasiones. María Werlau, de la ONG Archivo Cuba explicaba que “la sanidad en Cuba es pésima para el ciudadano de a pie. Existe un apartheid que favorece a la élite gobernante y a los extranjeros que pagan en dólares”, y se ha demostrado que “el sistema de salud cubano carece de transparencia y capacidad”, y sus políticas de salud no solo no han dado buenos resultados sino que se limitan derechos básicos de los pacientes, “difícilmente es un modelo a seguir” (Cuba’s health system: hardly an example to follow, Octavio Gómez-Dantés).
Cualquiera que viaje a Cuba puede ver que la tan repetida “inexistencia de desnutrición infantil” que algunos dicen que muestra Unicef, solo enmascara un régimen que está aún bajo el yugo de las cartillas de racionamiento y la miseria.
Pero es que Unicef “no indica eso en absoluto, sino que la incidencia de peso inferior al normal ha bajado al 4%”, un récord roto por Chile, por ejemplo, que llegó al 1%. En Tracking Progress on Child and Maternal Nutrition: A survival and development priority (Unicef, noviembre de 2009, p. 102 y ss.) y se muestran indicadores con cifras similares. Es decir, nada de erradicar, y Chile, por ejemplo, muestra mejores cifras.
El dato real de mortalidad infantil es el doble del oficial (11,16 vs 5,79) y mucho peor que en países como Chile o Costa Rica, según estudios de la Universidad de Carolina del Norte y otras entidades.
El mito del bloqueo es todavía más hilarante. ¡La izquierda echa la culpa de los males de Cuba a que no tiene suficiente libre comercio!… mientras, nos dice que hay que defender la autarquía y limitar el comercio en nuestros países.
El mito del bloqueo es una mentira que sirve como excusa para blanquear a la dictadura
El comercio internacional de Cuba sobre PIB fue el 27% del PIB en 2020, comparado, por ejemplo, con Brasil que es un 32%. Sus exportaciones son el 14,5% del PIB comparado con el 16% de Brasil (datos Banco Mundial). Estados Unidos es el noveno mayor socio comercial de Cuba, con el 3% de las importaciones. Cuba tiene más de 27 tratados bilaterales con más de 90 países y exporta a Canadá (22%), China (21%), Venezuela (13%), España (11%), Holanda (7%), Alemania, Bélgica, Suiza, Chipre (2% cada uno) y Francia (1%) entre otros (Oficina de Estadística de Cuba, edición 2020).
Las exportaciones de alimentos y productos agrícolas de Estados Unisdos a Cuba aumentaron un 74,7% en marzo de 2021, un aumento del 54,3% anualizado (Cuba Trade).
Cuba, a su vez, importó en 2020 de Venezuela (crudo a precio de coste o regalado, además), China, España, Rusia, México, Italia, Argentina, Brasil, EEUU y Alemania entre otros. Vaya porquería de ‘bloqueo’.
Lo único que tiene Cuba es un embargo de aquellas partidas que el régimen dictatorial usa para fines militares. Lo que la izquierda oculta sobre el embargo: El embargo se implementó en 1958 ¡con el régimen de Batista! para limitar la venta de armas. El embargo a las exportaciones de EEUU a Cuba de 1960 no incluyó alimentos ni medicinas. Desde el año 2000 no existe ningún tipo de embargo a exportaciones de EEUU ni en alimentos ni en medicinas.
Más de 90 multinacionales norteamericanas exportan a Cuba desde 2001. Desde 2014 sesenta empresas norteamericanas están operando directamente en Cuba (Cuba Trade Economic Council)
Cuba exportó a Estados Unidos 14,9 millones de dólares e importó 176,8 en 2020 (Departamento de Estado). Las importaciones y exportaciones a China son, además, muy importantes.
Estados Unidos es el mayor proveedor de alimentos y productos agrícolas a Cuba, según el Departamento de Estado, con exportaciones de esos bienes valoradas en 220,5 millones de dólares en 2018. Estados Unidos también es un importante proveedor de bienes humanitarios a Cuba, incluidos medicamentos y productos médicos, con valor total de 275,9 millones de dólares en 2018. Las remesas de los Estados Unidos, estimadas en 3.500 millones de dólares en 2017 son la mayor fuente de divisas de la dictadura.
Lo que ha hundido a Cuba es el comunismo. Un régimen dictatorial destructor y dilapidador de subvenciones.
El régimen castrista es una máquina de dilapidar subvenciones. Dilapidó ayudas de la Unión Soviética entre 1960 y 1990 equivalentes a seis planes Marshall y no consiguió mejorar su patrón de crecimiento ni aprovechar las enormes subvenciones para mejorar la productividad. Entre 1960 y 1990, Cuba recibió más de 65.000 millones de dólares de la Unión Soviética, sin contar los que recibió de otros países socialistas.
La dictadura cubana también ha dilapidado las subvenciones y ayudas de China, Rusia y Venezuela.
Solo en el programa de médicos cubanos, Misión Barrio Adentro, el poder de La Habana recibió 120.000 millones de dólares en 16 años, una cifra oficial, revelada por Nicolás Maduro en 2019, y confirmada por Julio García, jefe de las misiones cubanas en Venezuela.
Cuba obtuvo más dinero de Venezuela por otros conceptos, otras misiones, por ventas de plantas eléctricas, por triangulación en las importaciones de alimentos, y hasta por la venta de millones de bombillas.
En los últimos 18 años, China ha perdonado casi $5.000 millones en deuda a Cuba, casi la mitad de la deuda total que ha perdonado a sus socios comerciales. Eso sí, el comercio con China ha bajado por los constantes impagos del régimen dictatorial cubano.
Rusia ha donado miles de millones de dólares a Cuba, con donaciones través, por ejemplo, de la representación del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el perdón del 90% de la deuda contraída (2014), unos 25.800 millones de dólares.
Entre 2011 y 2014 solamente, México, Japón, China y Rusia juntos eximieron de pago 40.000 millones de dólares deuda a la dictadura cubana, lo que equivale al 50% del actual PIB de Cuba, según Forbes.
Los acreedores del Club de París en 2015 cancelaron, además, 8.500 millones de dólares en deuda pendiente. La dictadura cubana siempre hace lo mismo, pedir prestado, dilapidar el dinero, empobrecer a la población e impaga sus compromisos. Y luego se queja de “embargo”.
Entre Rusia, China, Venezuela y sus principales socios comerciales han dado ayuda financiera y donaciones a la dictadura cubana que superan los 200.000 millones de dólares en los últimos 16 años. Mucho más, por ejemplo, de lo que ha apoyado el FMI a cualquier país de Latinoamérica. Una ayuda financiera que se ha esfumado.
A pesar de todo ello, y con una política monetaria tan destructiva como la venezolana, imprimiendo pesos sin valor ni demanda mientras dilapida las reservas que recibe, la inflación en 2021 alcanzará el 500% según The Economist.
¿Qué ha hecho la dictadura cubana con ese reguero de dinero? Dilapidarlo mientras condenaba a su pueblo a la miseria.
Cuba tiene un nivel de pobreza que, calculado de manera independiente, llega al 50%. Por otra parte, según cifras de la ONEI, el 35,6% de la población en edad laboral no tiene empleo o está desocupada. El desastre monetario y económico haría descender el Índice de desarrollo humano para Cuba, del puesto 73 a los últimos lugares entre los países del mundo.
“El comunismo es un sistema fallido, universalmente fallido, y no veo al socialismo como un sustituto demasiado útil” decía Joe Biden el jueves 15 de julio.
¿Qué es lo que ha hundido a Cuba? El comunismo devastador, no el inexistente bloqueo
La dictadura cubana roba la sangre de su pueblo para hacer negocio: 800 millones de dólares en los últimos 25 años
Las extracciones forzosas a presos políticos comenzaron en los años 60. Les drenaban la sangre, para venderla, antes de pasar por el paredón.
Los cubanos no son dueños ni de su propia sangre. La dictadura comunista comercializa con ella desde los inicios de la revolución. El negocio, que comenzó con la venta de las extracciones forzosas que se realizaban a los presos políticos antes de su fusilamiento en la década de los 60, llega hasta nuestros días.
En la actualidad, se realizan campañas de donación masivas supuestamente voluntarias bajo la premisa de salvar vidas. Pero la realidad es que solo sirven para engordar las arcas del castrismo. Se destinan casi íntegramente a la exportación de plasma y productos derivados, lo que se traduce en grandes sumas de dinero para el régimen. La ONG Archivo Cuba calcula un montante de 794 millones de dólares de 1995 a 2019.
Lo peor es que esto no revierte en mejoras del sistema sanitario o las condiciones de vida del pueblo cubano. El sistema totalitario que gobierna el país desde 1959 les chupa la sangre pensando únicamente en el beneficio de la élite en el poder. En la calle se sabe de sobra, pero Archivo Cuba se ha encargado de poner negro sobre blanco y documentar las prácticas vampíricas del comunismo, que lleva 63 años sometiendo a su gente... Las muertes, las torturas, las desapariciones y también los turbios negocios del castrismo.
El asunto de la exportación de sangre llegó a la directora de ejecutiva de Archivo Cuba casi por casualidad, en 2013. "Un periodista uruguayo radicado en Nueva York, me dice: Oye, salieron las estadísticas de comercio de Uruguay y dicen que la principal exportación de Cuba hacia Uruguay es de sangre". A María Werlau se le encendió la bombilla y se puso a investigar. La tarea no era fácil, según ha reconocido para LD, porque "ninguna estadística de Cuba es fiable". "Constantemente las estoy verificando y contra verificando con fuentes del mismo Gobierno cubano y no coinciden", asegura.
Werlau se ha basado en "las estadísticas de comercio internacional que reportan las Naciones Unidas y recoge un proyecto de MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y Harvard", llamado ‘Observatory of Economic Complexity’, que certifica que las exportaciones de sangre y productos derivados reportan a Cuba un promedio de 31,8 millones de dólares al año desde 1995. Pero la venta de material humano comenzó en los primeros años de la revolución cubana con un procedimiento terrorífico.
Extracciones antes de los fusilamientos
En 1966, varios medios de prensa estadounidenses ya informaban sobre sendas denuncias relacionadas con la extracción forzosa de sangre que se realizaba a los presos políticos en Cuba y que había sido registradas ante la Organización de Estados Americanos (OEA). De hecho, un informe de este organismo, fechado en el mes de agosto de ese año, recogía la confirmación parcial de este extremo, basándose fundamentalmente en los testimonios de varios cubanos que habían salido huyendo de la isla y fuentes diplomáticas.
En abril de 1967, la OEA emitió un nuevo informe desgarrador que detallaba algunas de las prácticas que se realizaban en la cárcel de Fortaleza de La Cabaña, en La Habana, donde -entre otras cosas- se extraía sangre a los presos cuando se dirigían a su ejecución "con fines ilícitos, masivos, para nutrir el Banco de Sangre, con el cual el régimen negocia escandalosamente".
El texto recoge que desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde del 27 de mayo de 1966, 166 presos políticos, militares y civiles, fueron fusilados después de sacarles a la fuerza "un promedio de 7 pintas" de sangre (alrededor de 3'5 litros, de los 5 que tiene un cuerpo humano de media) a cada uno de ellos, provocándoles anemia cerebral, estado de inconsciencia y parálisis mientras aún estaban vivos.
Las operaciones con Vietnam
Según la OEA, Cuba vendía la sangre a Vietnam a razón de 50 dólares la pinta, en los años 60. Una década en la que se calcula que había decenas de miles de presos políticos en la isla. Fidel Castro habría admitido esta práctica el 6 de febrero de 1961: "Los contrarrevolucionarios no deben creer que muriendo infames frente al paredón ya no le serán útiles a la Revolución Cubana. La sangre de estos traidores se extrae antes de la ejecución para salvar la vida de muchos milicianos dispuestos a morir por la patria". Cita que aparece en la página 36 del libro ‘Diario de una traición: Cuba, 1961’ de Leovigildo Ruiz
En la obra se habla también de la venta de sangre a Vietnam, en varias ocasiones. El 2 de enero de 1966, durante la celebración del séptimo aniversario del triunfo de la revolución, el Comandante presumió públicamente de su contribución y hermanamiento con los vietnamitas a los que estaban "dispuestos a darle no ya nuestro azúcar, sino nuestra sangre, ¡que vale mucho más que el azúcar!". Palabras que recogió la prensa oficial de la época y recientemente el periódico Granma, que incluye la cita en un artículo sobre el marxista-leninista vietnamita Ho Chi Minh publicado el 18 de mayo de 2021. Podemos escuchar parte de ellas al principio del siguiente video:
El chantaje de la sangre
La dictadura comunista no sólo ha obligado a los presos políticos a dar su sangre a la revolución desde el ascenso de Fidel Castro al poder. También ha chantajeado con ello a los familiares de los encarcelados, que debían dar su plasma si querían tener derecho a visita. Un sistema perverso de donaciones bajo coacción que reportaban pingües beneficios al régimen.
Las malas artes han sido una constante a lo largo de estas seis décadas de dictadura. Cuenta María Werlau que "cuando llega la revolución al poder, Cuba ya tenía banco de sangre" pero la recolección era mínima. "Para octubre del 62, solamente había 8.000 donantes en la isla". Así que "Fidel aprovecha la crisis de los misiles para ordenarle a la población donar sangre masivamente".
"Ahí comienza el control de las campañas extensas que hay en Cuba por parte de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR)", explica. Con el tiempo, se ha producido una especie de institucionalización de las donaciones. El pueblo ha asumido que tiene que entregar su sangre si quiere acceder a ciertos servicios.
Según explica Werlau, "nadie puede, ningún paciente, entrar a una clínica o acceder a una cama para cualquier procedimiento quirúrgico mínimo sin entregar por lo menos una donación de sangre". "Para las operaciones más serias, dos y tres donaciones de sangre", añade.
Por otra parte, dadas las condiciones de miseria en las que vive el pueblo cubano, lo que le ofrecen a cambio de donar (un sándwich y un refrigerio) a veces es un reclamo más que suficiente para que muchos hagan cola ante los autobuses del banco de sangre móvil.
No es para los cubanos
El pasado 14 de junio, con motivo del Día Mundial del Donante de Sangre, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel envió una felicitación a los donantes de sangre, a través de su cuenta de Twitter, "por su compromiso humano, altruismo y aporte". El periódico del régimen, Granma, sacó su correspondiente artículo para destacar la importancia de donar sangre con el objetivo de salvar vidas.
Sin embargo, la realidad es que la sangre, cuando la necesitan los cubanos, normalmente escasea. El régimen comunista realiza campañas de donación de sangre continuamente, en colegios, universidades, centros de trabajo, etc. "Pero en los hospitales no hay sangre", asevera Werlau, "si hay una necesidad de una transfusión, es un problema conseguirla".
Denuncia de Gremio Médico Cubano Libre #GMCL ante la #ComunidadMédicaInternacional y la opinión pública:
Trabajadores de la #Salud en el Municipio #Yara provincia #Granma armados con palos y armas rústicas, como en #Ruanda, para atacar a sus propios compatriotas si salen a manifestarse. Fascismo del Siglo XXI. Alucinante ver colegas médicos formando parte de algo tan abyecto. Aquí el link a la publicación origina
El cubano vive en la lucha, como ellos dicen. Se refieren a la lucha por la supervivencia en un país acosado por el socialismo más extremista y que Fidel Castro impuso con su revolución, lo cual solo ha generado 63 años de pobreza sin límites y un futuro sin expectativas.
Cuando para tener pan en casa ves que tu madre se prostituye con el panadero y que además tu padre lo sabe, naces en un mundo sin barreras en el sexo. El sexo es una moneda de cambio y eso lo aprendes a muy tierna edad. Cuando hablamos de trata de menores y no de prostitución infantil voluntaria en Cuba imaginamos a las niñas deambulando por las calles oscuras al anochecer o recluidas en casas con el máximo secretismo.
Distingamos entre Trata de menores o prostitución infantil voluntaria en Cuba.
Mucho se ha escrito sobre la prostitución infantil en Cuba y los datos son impresionantes, pero pocos como yo han conocido de primera mano a estos depredadores sexuales que vienen al paraíso donde se pueden cumplir sus deseos sin ser molestados.
En el colegio las niñas ya empiezan a hablar de sexo y a practicarlo muy jóvenes solo por placer. Pero si además saben que le regalan una pizza por hacerlo con un adulto, que trabaja en una pizzería y las roba, el tema se pone aún más interesante.
En la ciudad de Guantánamo, donde residí, apresaron a unos empleados de una pizzería porque desde hacía semanas no paraban de entrar estudiantes menores de edad en su apartamento. Se corrió la voz entre las niñas de que podían comer pizza mientras mantenían sexo con ellos y eso fue tan atractivo para ellas que iban en tropel, hasta que los vecinos los denunciaron.
Hay que tener en cuenta que en Cuba la edad de libertad sexual son los 16 años, por debajo de esa edad aplican el art. 310 del Código Penal con penas de 7 a 15 años de prisión. Por tanto, a los 16 son totalmente libres de tener sexo voluntariamente, por lo cual antes de esa edad ya están poniéndose al día de las artes que practicarán durante el resto de sus vidas.
Es tan común el sexo con menores en Cuba que muchos hombres que conocí me dijeron no practicarlo nunca con mayores de 17 y preferiblemente con muchachas de entre 13 y 16 años porque a partir de esa edad ya lo tienen muy dilatado. “Yo les regalo unos pesos y se van tan contentas, vienen a mi casa a buscarme, no tengo que ir tras ellas y además unas se lo cuentan a otras y siempre vienen a buscarme aquí, donde trabajo, para pedirme ir a mi casa por la tarde”. ¿Esto es trata de menores o prostitución infantil voluntaria en Cuba?.
Así me hablaba un joven de unos 30 años que se dedicaba a cambiar dinero en frente del hotel Martí en Guantánamo.
Antes de seguir tenemos que mentalizarnos de que lo que conocemos como prostitución infantil en el resto del mundo, no es el mismo término que en Cuba. Allí ocurre eso cuando la niña es forzada a practicarlo en su contra, pero no cuando lo hace voluntariamente.
Evidentemente estoy hablando desde el punto de vista de la sociedad, no de las leyes. Por tanto, el que una niña de 12 a 15 años tenga sexo con un adulto 30 años mayor que ella no es ningún escándalo. El cubano dice que “a esa le pica la tota”, es decir, el sexo y por tanto se tiene que satisfacer.
Cuando salen del colegio a media mañana, se pasan por la plaza de la ciudad y se detienen a jugar, pero sus juegos son buscar a los “EXTRANJEROS” con sus miradas, llamarles para pedirles que les regalen algo y, como siempre, compensarle con sexo
Cuando hablamos de trata de menores y no de prostitución infantil voluntaria en Cuba imaginamos a las niñas deambulando por las calles oscuras al anochecer o recluidas en casas con el máximo secretismo. Eso es solo una cara de esta lacra social en Cuba, pero no de la que quiero hablar en este post.
Actualmente en Cuba puedes tener sexo con menores en cualquier ciudad, no es necesario buscarlas, eso solo lo hacen los depravados como los que conocí en la prisión La Condesa, alemanes, italianos y canadienses y cuyas historias te relato en mi libro La Gran Prisión. Yo no se si esas niñas practican la prostitución voluntariamente o son sus padres quienes las forzaban a hacerlo, lo que sí se es que las menores en la calle te asedian.
Cuando salen del colegio a media mañana, se pasan por la plaza de la ciudad y se detienen a jugar, pero sus juegos son buscar a los “yumas” con sus miradas, llamarles para pedirles que les regalen algo y, como siempre, compensarle con sexo. Un catalán que conocí en Guantánamo me decía que, de uniforme, le acompañaban a su habitación y después del sexo volvían a sus casas tan felices. “Mañana se lo contará a las amigas en el colegio y alguna le pedirá que la deje acompañarla para conocerme, pues también querrá probar”, me día y efectivamente así lo pude comprobar un día que fui a buscarle a su casa y una menor de uniforme me abordó preguntándome dónde vivía porque ella quería conocerle.
Esa es la prostitución de la que nunca se habla, pues siempre nos referimos a los informes de las autoridades responsables de este tema a nivel internacional o a datos policiales.
En el libro cuento cómo vi una niña de unos 14 años con un empresario de Elche, estaban comiendo juntos, uno enfrente del otro en una gran mesa y no hablaban nada. El dueño de la vivienda me dijo que iba todos los años dos veces y se pasaba tres meses prácticamente sin salir de la casa, solo teniendo sexo con la menor. “Los padres de ella lo agradecen mucho y si el español la rechaza se disgustan, por lo que la niña se porta muy cariñosa con él, de todas formas si no le gusta tengo muchas más en lista de espera para ofrecérselas” me decía el propietario, cuyo trabajo era alquilar la habitación pero no se lucraba con la menor, según me dijo, él solo quería que aquél hombre volviese cada año a su casa y para ello le ofrecía todos sus servicios.
Uno de los casos que conocí personalmente es el más sonado y relatado en la prensa internacional. Son tres italianos que fueron sentenciados a 25 años de cárcel por asesinato y corrupción de menores tras la muerte en el 2010 de una niña de 12 años durante una fiesta sexual en la ciudad oriental de Bayamo. ¿Qué te parece si te digo que dos de ellos se encontraban fuera del país en esa fecha y así lo prueban los registros de emigración?. Pues así es y hasta el Papa intervino para resolver esta injusticia, pero el gobierno cubano intenta ocultar la inmensa prostitución infantil de la isla con estas sentencias.
Las niñas están viendo como sus hermanitas de 18 años están trayendo algunas cosas a casa para ayudar a la familia, aunque la mayor parte de los que consiguen lo gastan en zapatos, bolsos, etc. Sus padres alaban a la adolescente y la niña quiere ser como su hermanita, por lo que comienza a actuar como ella. ¿Prostitución infantil en Cuba?, no amigos, no hay prostitución infantil en Cuba tal y como nuestra mente de primer mundo la entiende, lo que hay es una falta total de valores y muy especialmente en el tema del sexo
Escrito por Felix Arroyave Valle en su libro “LA GRAN PRISION”
En Cuba, es más importante ser comunista que niño o joven, según el Código de la Niñez y la Juventud
'La formación comunista de la joven generación es una preciada aspiración del Estado'
El Estado cubano se ufana de garantizar los derechos de niños y jóvenes. Para demostrarlo puede alegar que en 1990 firmó la Convención sobre los Derechos de los Niños de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la ratificó 1991. Pero 13 años antes, ya había aprobado un Código de la Niñez y la Juventud que garantiza a niños y jóvenes de la Isla nada más y nada menos que… un adoctrinamiento comunista.
"El Código de la Niñez y la Juventud regula la participación de los niños y jóvenes menores de 30 años en la construcción de la nueva sociedad y establece las obligaciones de las personas, organismos e instituciones que intervienen en su educación conforme al objetivo de promover la formación de la personalidad comunista en la joven generación".
El Estado asume que su aspiración debe serlo también de "las familias", además de "los educadores, las organizaciones políticas, sociales y de masas que actúan constantemente para que en el propio quehacer de la construcción socialista, surjan y se desarrollen en los niños y jóvenes, los valores ideológicos del comunismo y los atributos y cualidades que les permitan cumplir su papel como herederos activos participantes y continuadores de la obra revolucionaria
"La sociedad y el Estado velan porque las personas que se vinculan a los niños y jóvenes en el proceso educativo constituyan un ejemplo para la formación de su personalidad". Pero no se trata del temperamento, los rasgos distintivos e individuales de la persona que se van desarrollando libremente, de acuerdo a su interacción con la realidad y su percepción de esta, sino de "su personalidad comunista".
Las mencionadas instituciones "estimulan a los ciudadanos que adquieren méritos" en la mencionada labor de ser ejemplo para la formación en niños y jóvenes de la personalidad que desea el Estado.
La preocupación del Estado cubano por las jóvenes generaciones es tal que "trabajan por la eficaz protección de los jóvenes". ¿Ante quién o qué? Pues "ante toda influencia contraria a su formación comunista".
"Los organismos estatales de la educación, a través del Sistema Nacional de Educación prestan especial atención a la formación en los estudiantes de una concepción científica del mundo y los rasgos que caracterizan la personalidad comunista…"
El precio de escoger una personalidad distinta a la comunista
El desarrollo de una personalidad distinta a la "comunista" escogida para los ciudadanos por el régimen clasificaría, como mínimo, como un problema de conducta, como parece demostrar el envío del adolescente de 15 Reniel Rodríguez a una escuela de conducta, por haber llamado a protestar en Cárdenas y haber salido a manifestarse el 15 de noviembre, fecha para la cual la plataforma Archipiélago había convocado una Marcha Cívica por el Cambio.
La Constitución de la República expresa que la defensa de la patria socialista es el más grande honor y el deber supremo de cada cubano. Conforme a este principio, la sociedad ofrece a la joven generación la posibilidad de prepararse militarmente".
Pareciera que los jóvenes cubanos pueden elegir no "prepararse militarmente", en un país donde ya otros decidieron cuál debe ser su personalidad y qué deben considerar un honor, cuando en realidad el servicio militar es obligatorio, aunque hasta ahora solo para los hombres. Durante el VIII Congreso del Partido, Raúl Castro propuso la extensión del carácter obligatorio de este a todos los jóvenes, incluyendo las mujeres, que quieran cursar estudios universitarios.
Código de la Niñez y la Juventud cubano vs. Convención sobre los Derechos del Niño
Ser comunista en Cuba es más importante que ser niño o joven. La patria socialista está por encima de los derechos de la niñez y la juventud. De hecho, el Código de la Niñez y la Juventud cubano viola artículos de la Convención sobre los Derechos del Niño que el Estado cubano se enorgullece de haber firmado y ratificado.
Estos Códigos, supuestamente dedicado a la niñez y la juventud, ninguna de estas dos palabras es la más mencionada. El primer lugar lo ocupa, como ya habrán percibido los lectores, el término "comunista" con nada menos que 23 menciones.
¿En algún momento podrán aspirar las familias cubanas a que sus niños puedan desarrollar libremente su personalidad? ¿Podrán los educadores cubanos dejar de ser meros adoctrinadores en función de los intereses del régimen?
Esto no es una situación de estos últimos años, desgraciadamente el cubano siempre ha vivido en esta crítica precariedad solo que siempre al pueblo le ha costado la vida decir la verdad y los pocos que se atrevieron hoy en dia estan MUERTOS, PRESOS O DESTERRADOS.
PRESOS POLÍTICOS
En esta situación, desde el 1 de noviembre de 2021 hasta el 31 de octubre de 2022 han sufrido prisión política en Cuba un total de 1.275 prisioneros. Todos ellos sufriendo condenas judiciales o disposiciones de limitación de libertad por parte de las fiscalías sin supervisión legal alguna, en flagrante violación de la ley internacional y el debido proceso. También son sometidos a torturas, como demostró el estudio pormenorizado de 101 casos aleatorios denunciado por Prisoners Defenders ante el Comité Contra la Tortura de las Naciones Unidas (CAT) y los reproches públicos del CAT tras las denuncias de la sociedad civil, que se materializaron en su informe posterior de mayo sobre la situación de la tortura en Cuba. El informe del Comité de los Derechos del Niño, este pasado junio, también confirmó que numerosísimos niños y niñas han sido detenidos y condenados a durísimas penas por ejercer su libertad de manifestación y “asociación”.
Con 591 prisioneros políticos se inició el mes de noviembre del año pasado. Desde entonces hasta el 31 de octubre de 2022, otros 684 prisioneros políticos nuevos más, se han sumado a los 591 primeros, arrojando un total de 1.275 prisioneros políticos durante estos 12 meses, a pesar de que han salido de prisión un total de 247 presos políticos en este mismo período bajo fuertísimas amenazas y principalmente por cumplimiento íntegro de las condenas.
De los 1.027 prisioneros políticos que existen actualmente en Cuba:
29 niños y 5 niñas, en total 34 menores, aún cumplen sentencia (26 de ellos) o están siendo procesados penalmente (8 de ellos). Hay que tener en cuenta que esta elevada cifra, sin embargo, no contempla otros muchos niños que ya han salido de la lista por haber cumplido íntegramente sus condenas. Buena parte de los menores seencuentran en prisiones para menores, centros de carácter totalmente penitenciario que eufemísticamente se denominan “Escuelas de Formación Integral”. En estos centros penitenciarios con celdas se confinan, como ya denunció el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas el 9 de junio de 2022 en su Informe de Conclusiones, un mínimo de 150 niños por debajo de los 16 años cada año en Cuba. El mismo Comité destacó también como son, además, en torno a 260 los niños de 16 y 17 años cada año en Cuba los que sufren privación de libertad en prisiones convencionales.
15 de los menores mencionados están siendo procesados o han sido ya condenados por “Sedición”. La pena media de estos menores condenados por sedición es de 5 años de privación de libertad, un castigo en promedio superior al que sufrían, antes del #11J, los adultos en prisión política.
180 manifestantes han sido acusados de sedición y al menos 175 han sido sentenciados a un promedio de más de 10 años de privación de libertad cada uno.
767 prisioneros de conciencia han sido sentenciados con penas de hasta 30 años.
Al menos 121 mujeres (incluyendo las de género trans) siguen aún con autos y condenas políticas y de conciencia. Todas las mujeres trans en prisión de conciencia han estado y están encarceladas entre hombres, sufriendo situaciones indescriptibles para su condición sexual.
Pero además reconocemos otros más de 11.000 civiles, jóvenes -negros en su inmensa mayoría- no pertenecientes a organizaciones opositoras, con penas medias de 2 años y 10 meses, que sufren condenas “pre-delictivas”, es decir, sin delito alguno cometido ni en grado de tentativa. El Código Penal vigente hasta la fecha, y que les condenó, contemplaba que eran personas con tendencia a poder cometer delitos en el futuro “por la conducta que observa en contradicción manifiesta con las normas de la moral socialista” (Art. 72 de Código Penal vigente). Así, se les impusieron penas de 1 a 4 años de prisión sin delito: ni investigado, ni sucedido, ni cometido, ni tentativo. Cada año se condena a prisión a una media de 3.850 personas por esta causa.
Enfatizar que la mayoría de los activistas políticos cubanos más relevantes se encuentran en prisión en una lamentable situación de salud, sometidos a una violación constante por parte de los funcionarios penitenciarios y la seguridad del estado cubana de sus derechos mas elementales; tal es el caso de José Daniel Ferrer, Luis Manuel Otero Alcántara, Félix Navarro, Maikel Castillo, Sissi Abascal, entre otros.
REPRESIÓN DE LA DICTADURA CUBANA
El 11 de julio de 2021, miles de cubanos salieron a las calles en las manifestaciones más multitudinarias contra la dictadura. Estas protestas pacíficas, fueron una reacción ante las violaciones de derechos humanos que ocurren en la isla desde hace décadas, la escasez de comida y medicamentos y la respuesta del Estado ante la pandemia de Covid-19. Numerosos manifestantes gritaron “¡libertad!” o “patria y vida”, en referencia a una canción que reformula el viejo eslogan del régimen, “patria o muerte”. La dictadura respondió a las protestas con censura, represión brutal y sistemática.
Poco después del inicio de las manifestaciones, Miguel Díaz-Canel instó a simpatizantes del regimen y a las fuerzas de seguridad a responder a las protestas con violencia. “Convocamos a todos los revolucionarios a salir a las calles a defender la Revolución”, manifestó. “La orden de combate está dada”
Un manifestante —el ciudadano Diubis Laurencio Tejeda, de 36 años— murió como resultado del accionar de la policía. Organizaciones cubanas de derechos humanos han señalado que el 11 de julio hubo interrupciones del servicio de internet en todo el país, seguidas por conectividad intermitente, incluyendo restricciones a las redes sociales y plataformas de mensajería; con el fin de limitar el flujo de información respecto a estos sucesos.
Los funcionarios implicados en abusos a la población con total impunidad, incluyen a miembros de los servicios de inteligencia, conocidos en Cuba como “seguridad del Estado”; las fuerzas militares; la Policía Nacional; y una brigada especial del Ministerio del Interior conocida como “boinas negras”. Estos detienen de forma reiterada a personas que protestan de manera pacífica, ha críticos cuando se dirigen a las manifestaciones o les prohíben salir de sus casas durante días o incluso semanas. Las “brigadas de respuesta rápida”, nombre por el que se conoce a grupos de civiles organizados por la dictadura, estuvieron implicadas en varias golpizas a ciudadanos que se manifestaron o activistas.
Otro de los métodos más utilizados son los actos de repudio, que consisten en que un grupo de partidarios del regimen cubano, guiados por agentes de la Seguridad del Estado (vestidos de civil), se reúnen para gritar consignas políticas, descalificaciones morales y ofensas personales contra un desafecto, un disidente o un opositor. En estos casos la violencia puede no ser sólo verbal, sino pasar a agresiones físicas que van desde el lanzamiento de comida, piedras y golpes con las manos o cables envueltos en periódicos. Ocurren mayormente en las afueras de las casas de los agredidos, en las inmediaciones de las sedes de algunos movimientos de oposición y en la vía pública donde los disidentes estén reunidos. Es una práctica que ha desarrollado y alentado la dictadura cubana por más de 60 años.
Las violaciones de derechos humanos en el contexto cubano posterior al 11J siguen patrones que sugieren claramente la existencia de un plan para impedir que las personas protesten, castigar a quienes lo hacen y generar temor para evitar nuevas manifestaciones multitudinarias contra el régimen.
Decenas de detenidos fueron procesados en “juicios sumarios” previstos en el derecho cubano. Estos manifestantes fueron juzgados en grupo, a menudo sin representación legal, en audiencias a puertas cerradas, donde los fiscales los acusaron de delitos vagos e imprecisos como “desorden público” y “desacato”, principalmente en base a testimonios de agentes de las fuerzas de seguridad. Jueces y fiscales, que en Cuba carecen de independencia respecto al Estado, facilitaron procesos penales abusivos y participaron en los mismos.
La fiscalía presentó como conductas delictivas acciones que constituyen un ejercicio legítimo de la libertad de expresión y asociación, tales como protestar pacíficamente, proferir insultos contra el presidente o la policía o cantar “Patria y vida”. Además, los fiscales utilizaron pruebas poco confiables y sin corroborar, tales como declaraciones tomadas únicamente a miembros de las fuerzas de seguridad o supuestas “huellas de olor” de los acusados, y los tribunales emitieron condenas en base a estas cuestionables evidencias.
La mayoría de las personas que son detenidas o recluidas en centros penitenciarios manifestaron a sus familiares que las mantienen en celdas atestadas e insalubres, con acceso limitado o nulo a alimentos, medicamentos, agua limpia o protección para evitar el contagio de Covid-19. Muchas señalaron que fueron sometidas a interrogatorios reiterados y abusivos en los que les preguntaban con insistencia sobre temas no relacionados con los delitos que supuestamente habían cometido. Las autoridades mantienen a los presos políticos o los detenidos incomunicados durante días, semanas o incluso meses, sin poder realizar llamadas telefónicas o recibir visitas de sus familiares o abogados. Otros indican que fueron golpeados, forzados a hacer sentadillas desnudos o sometidos a maltratos, incluyendo privación del sueño y otros abusos que, en algunos casos, constituyen torturas.
Familiares de los presos políticos y activistas señalan que policías y agentes de la seguridad del Estado los acosaron e intimidaron repetidamente; algunos se vieron obligados a abandonar el país a raíz de estas intimidaciones. Este último método, el “exilio forzoso”, es cada vez más utilizado por la dictadura para desmantelar el limitado espacio cívico que permitió que las protestas tuvieran lugar.
En agosto de 2021, el gobierno publicó el Decreto-Ley 35 y varias normas complementarias que restringen gravemente la libertad de expresión en internet. En mayo de 2022, la Asamblea Nacional aprobó un nuevo código penal que, entre otras normas vagas e imprecisas, incluye una disposición que sanciona con hasta 10 años de cárcel a quien provea, reciba o posea fondos “con el propósito de sufragar actividades contra el Estado y su orden constitucional”. Ese lenguaje amplio allana el camino para sanciones que restrinjan aún más el derecho de los cubanos a movilizarse y cuestionar de manera pacífica los abusos de un regimen totalitario.
Las medidas adoptadas por la dictadura cubana en contra de las protestas de julio de 2021 o las que se han generado recientemente para reclamar mejoras económicas, violan varios derechos protegidos por tratados internacionales, tales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y la Convención contra la Tortura (CCT). Estos incluyen los derechos a la libertad de expresión y asociación, a la seguridad y libertad, las garantías de debido proceso y el derecho a no sufrir torturas y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes. Cuba es parte de la CCT y firmó el PIDCP en 2008, aunque es uno de los pocos Estados a nivel global que aún no lo ha ratificado. Estos derechos, establecidos por la Declaración Universal de Derechos Humanos, también forman parte del derecho internacional habitual.
Migración
La magnitud de la crisis económica, social y política que se está viviendo en Cuba actualmente, resultado de la lamentable gestión del regimen; se refleja en un éxodo migratorio sin precedentes. En octubre, barcos del servicio guardacostas norteamericano interceptaron en altamar a 1.100 balseros, más que todos los capturados durante 2021, el dato es alarmante si se tiene en cuenta que en todo el año fiscal 2022 la cifra de migrantes detenidos en el mar fueron de 6,182 casos. La mayoría de los balseros cubanos son deportados. Por otro lado, cada día de septiembre, según el Departamento de Aduanas de EEUU, entraron ilegalmente por su frontera sur un promedio de 891 cubanos. Fueron 26.742 sólo ese mes, el que cierra el año fiscal 2022 en EEUU (del 1ro de octubre de 2021 hasta el 30 de septiembre último), que ha batido todos los récords: 224.607 cubanos llegaron a EEUU por sus fronteras terrestres en 12 meses, sin contar los más de 10.000 que lo intentaron cruzando el estrecho de la Florida (unos 3.000 lograron tocar tierra), además de los que han emigrado a través de otros medios. Se trata del 2% de los habitantes del país y más del 4% de su población activa, un ejemplo muy ilustrativo del potencial humano que emigra; es que en la a última década, más de 860 atletas de selecciones nacionales de todas las disciplinas y más de 2,300 entrenadores de todos los niveles han abandonado Cuba.
Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados desde 2012, se han registrado 191 467 solicitudes de asilo por cubanos en 70 países. Desde 2015, 185 888.
La visión más lamentable en medio de la actual estampida, son las noticias que se repiten con mayor frecuencia de tragedias, la última de ellas en Bahía Honda, en la costa noroccidental de Cuba, a unos 100 kilómetros de La Habana. Los sobrevivientes denuncian que fueron embestidos deliberadamente con el propósito de hundir el bote y lo califican de “asesinato”, al resultar siete personas ahogadas, entre ellas una menor. Este hecho nos vuelve a recordar aquel fatídico hundimiento por parte de la dictadura del remolcador “13 de marzo” provocando la muerte de 41 personas, incluidos 10 menores de edad.
Cuando se habla del éxodo masivo que está ocurriendo en Cuba se centra la conversación en Estados Unidos, pero los datos muestran que las solicitudes de asilo en la Unión Europea han aumentado exponencialmente. España es el país mayor receptor de solicitudes, incluso cuando la mayoría de cubanos emigran a España por vías regulares, o con pasaporte español.
Las solicitudes de asilo de cubanos en países de la UE se han quintuplicado desde 2012, y casi duplicado desde 2018 cuando Díaz Canel asumió el poder. La tendencia parece seguir en 2022 con mayor represión, según muestran los datos parciales disponibles. Con el aumento de solicitudes la tasa de rechazo de solicitudes ha aumentado desproporcionadamente.
Economía
La radiografía popular de lo que está sucediendo en la isla es terrible: colas inmisericordes, apagones (que afectan también al suministro de agua), desabastecimiento constante, inflación asfixiante, insalubridad en las calles debido a basura sin recoger en las calles por la falta de combustible, horas de espera para desplazarse a cualquier lugar porque el transporte público no funciona por el mismo motivo, salarios que no alcanzan, escasez de medicamentos y deterioro de los servicios de salud, aumento de las protestas en las calles y gente que se va del país porque ya no aguanta más y vende la casa con todo dentro; una crisis humanitaria nunca antes vista en la Isla.
Son múltiples las variables macroeconómicas que inciden en la actual crisis, la más profunda vivida en Cuba desde de la desaparición del campo socialista, en los años noventa. La mayoría de los indicadores productivos en la isla son negativos, pero quizás el ejemplo más elocuente del descalabro estatal es la zafra azucarera, que en los años ochenta llegó a ser de 8 millones de toneladas anuales. Entonces funcionaban en el país más de 150 centrales azucareros, la mitad de los cuales fueron desmantelados a principios de este siglo. La zafra pasada sólo molieron 36 centrales y la cosecha fue de 480.000 toneladas, la peor en un siglo. Sin embargo, el asunto más crítico en este momento para los cubanos son los apagones. Desde hace meses en muchas zonas del interior del país los cortes del suministro eléctrico son de 12 horas diarias, o incluso más, debido al pésimo estado de las termoeléctricas por la falta de inversiones y la dejadez por parte del gobierno.
Debido a la extrema falta de divisas y de liquidez, la capacidad del Estado de importar bienes y alimentos se ha reducido en más de un 50% en relación a hace 10 años, lo que ha provocado un desabastecimiento, con su correspondiente traducción en colas desesperantes y un aumento de los precios del mercado negro, agravados por la llamada Tarea Ordenamiento -impulsada por el régimen con el objetivo de lograr la unidad monetaria- que ha disparado la inflación.
Relación Bilateral Unión Europea- Cuba
Actualmente el marco jurídico de referencia para las relaciones bilaterales entre la UE y Cuba lo establece el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación, firmado en el 2016.
La finalidad de dicho acuerdo es apoyar el proceso de transición de la economía y la sociedad cubanas, impulsando el diálogo y la cooperación para fomentar los valores democráticos y los derechos humanos, así como para encontrar soluciones comunes a los desafíos mundiales.
Se articula en torno a tres capítulos principales relacionados con:
– El diálogo político, abordando cuestiones como los derechos humanos, las armas de pequeño calibre y el desarme, la migración, las drogas, la lucha contra el terrorismo y el desarrollo sostenible, entre otras.
– La cooperación y diálogo sobre políticas sectoriales, incluidos, entre otros, ámbitos como los derechos humanos, la gobernanza, la sociedad civil, el desarrollo social y económico, el medio ambiente y la cooperación regional.
– El comercio y la cooperación comercial, abordando los principios del comercio internacional y abarcando la cooperación en los ámbitos aduanero, de la facilitación del comercio, de las normas técnicas, y del comercio y la inversión sostenibles.
Puntualizar que la UE —como bloque— se ha mantenido como el segundo socio comercial externo para Cuba en el último decenio, es el segundo más importante mercado emisor de turismo para el país, es fuente vital de flujos de inversión extranjera directa y el principal ofertante de recursos por concepto de cooperación para el desarrollo que recibe Cuba.
A partir de la firma del ADPC, se han celebrado tres Consejos Conjuntos UE-Cuba (consejos de ministros): el primero en Bruselas, el 15 de mayo de 2018, el segundo en La Habana, en septiembre de 2019 —ambos presididos por Federica Mogherini y Bruno Rodríguez—, y el último en enero de 2021 (virtual), presidido por el canciller cubano y Josep Borrell, alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE en la actualidad.
Con ocasión del primer Consejo UE-Cuba, Mogherini y el canciller cubano firmaron un programa de cooperación para ayudar a Cuba a alcanzar la meta de producir el 24% de su electricidad en 2030 sobre la base de la explotación de energías renovables, y adelantaron proyectos sobre seguridad alimentaria y agricultura sostenible. También se acordó institucionalizar el diálogo sobre derechos humanos, “como un pilar clave” de la relación bilateral, concretado el 9 de octubre de ese mismo año, cuando tuvo lugar la primera reunión bilateral para el tratamiento de este tema. A pesar de profundas diferencias en materia de derechos humanos, en el encuentro de octubre de 2018 se reflejó un abordaje más equilibrado entre los derechos civiles, económicos, sociales y culturales. Igualmente, a finales de 2018 se realizó el primer Subcomité de Cooperación, donde —en seguimiento a lo acordado en el Diálogo Político— se procedió a la firma de un convenio de financiación para proyectos de energías renovables, por valor de 18 millones de euros.
El 16 de abril de 2019 se iniciaba en La Habana el primer diálogo sobre desarrollo sostenible, con el objetivo de impulsar proyectos y programas que ayuden a satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos de generaciones futuras. Ese diálogo estuvo presidido por el director general de Cooperación Internacional y Desarrollo de la Comisión Europea, Stefano Manservisi, quien refirió que se analizaron y se han puesto en práctica proyectos y programas relacionados con la agricultura y la energía renovable, esferas vinculadas al desafío del cambio climático, la innovación y el consumo sostenible.
En septiembre de 2019 se celebró en La Habana el segundo Consejo Conjunto entre Cuba y la UE, y de inmediato tuvieron lugar rondas de diálogo sobre derechos humanos, medidas coercitivas unilaterales y cooperación energética. En ocasión de esta visita a La Habana —la tercera en dos años—, la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad refirió que los debates con la mayor de las Antillas eran “francos, abiertos y muy positivos”, incluidos temas “donde tenemos perspectivas distintas”, obviamente haciendo referencia a temas vinculados a los derechos humanos.
La tercera sesión del Subcomité de Cooperación Cuba-UE se desarrolló de manera virtual entre el 2 y el 3 de diciembre de 2020. Estuvo presidido por la viceministra primera del Ministerio de Comercio Exterior e Inversiones Extranjeras (MINCEX) de Cuba, Ana Teresita González, mientras que la delegación europea estuvo encabezada por Jolita Butkeviciene, directora para América Latina y el Caribe de la Dirección General de Cooperación y Desarrollo de la Comisión Europea. Esta reunión —en cuanto principal mecanismo bilateral para el seguimiento de la colaboración y los diálogos sectoriales— revisó la marcha de los principales programas y proyectos de cooperación entre Cuba y la UE. Asimismo, hizo una valoración positiva del cierre del ciclo de programación bilateral previsto hasta 2020, e inició el diálogo para definir las prioridades de la cooperación al desarrollo entre la UE y Cuba hasta 2027.
El III Consejo Conjunto Cuba-UE —celebrado el 20 de enero de 2021 de forma virtual— contó con la presencia de Josep Borrell (alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y vicepresidente de la Comisión Europea) y del canciller cubano Bruno Rodríguez. En este último encuentro entre las autoridades de la UE y Cuba, se debatió acerca del estado de la cooperación, y las inversiones y el comercio bilaterales. Como resultado de las discusiones, las dos partes ratificaron que existían condiciones que podrían ayudar a la diversificación de las relaciones económico-comerciales bilaterales. Además de realizarse un balance positivo de los diálogos de política sectorial entre ambos actores y ratificarse el interés de avanzar en próximos periodos, la contraparte cubana informó a la UE acerca de sus prioridades con vistas al nuevo programa de cooperación Cuba UE para el periodo 2021-2027.
La Tercera Ronda del Diálogo sobre Derechos Humanos entre Cuba y la UE tuvo lugar, de manera virtual, el viernes 26 de febrero de 2021. Este encuentro, sobre el diálogo bilateral, se desarrolló en un contexto relativamente complejo, pues fue antecedido por una fricción bastante publicitada entre el embajador de la UE en La Habana y el Parlamento Europeo. El 22 de febrero de 2021, un grupo de parlamentarios europeos envió una carta al vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, denunciando la conducta del embajador de la UE en Cuba, Alberto Navarro, al aparecer su nombre entre los firmantes de una carta abierta al presidente de EE.UU. que pedía el fin de las sanciones norteamericanas contra la isla.
La nota de prensa publicada ese mismo día por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba mencionaba que en el tercer diálogo “fueron tratadas cuestiones relativas a los derechos civiles y políticos, y económicos, sociales y culturales; así como a la cooperación multilateral y con los mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas” y que “como en ocasiones anteriores, se pusieron de manifiesto las diferencias de posiciones y enfoques en relación con varias de las temáticas debatidas”.
Por su parte, la Comisión Europea reconocía que en el encuentro oficial entre Cuba y la UE “se abordó la importancia de permitir a todos los ciudadanos participar activamente en organizaciones y asociaciones de la sociedad civil, así como la necesidad de respetar las obligaciones del derecho internacional de los derechos humanos”. Como resultado de la presión ejercida a partir del evento del Parlamento Europeo, la nota de prensa de la Comisión Europea señaló que “la UE hizo hincapié en la necesidad de respetar los puntos de vista diferentes y no alineados entre los ciudadanos, también los expresados a través de medios artísticos, y promover un diálogo inclusivo y constructivo”.
Tenemos que recordar la resolución del PE del 10 de junio de 2021, donde se debatió acerca de la situación de los derechos humanos y la situación política en la Isla. Este ambiente “relativamente favorable” en las relaciones entre Cuba y la UE se modificó perceptiblemente a partir de los sucesos del 11 y 12 de julio de 2021 en Cuba, cuando varios actores del Parlamento Europeo solicitaron a la Comisión que revisara el ADPC ante las violaciones de los derechos humanos que se habían producido.
En fecha reciente, con 426 votos a favor (62% de los emitidos), el PE aprobó —el 16 de septiembre de 2021— una resolución sobre las violaciones a los derechos humanos en Cuba. Dicha resolución condenó “la violencia y represión ejercida por parte del gobierno cubano a raíz de las protestas del 11 de julio de 2021”, y pidió a las autoridades cubanas que “pongan fin a la represión y liberen a los presos políticos”, al tiempo que lamentaron la criminalización de las protestas por parte del gobierno de la isla.
El PE recordó que el ADPC incluye una cláusula de derechos humanos que permite suspenderlo en caso de vulneración de las disposiciones allí contenidas. Por ello solicitó a la UE que activara el artículo 85, apartado 3, letra b), al objeto de convocar con carácter inmediato una reunión del Comité Conjunto dadas las infracciones del Acuerdo por parte del gobierno cubano. Al final de la resolución, el PE pidió al Consejo que adoptara sanciones contra los responsables de violaciones de los derechos humanos en Cuba
Esta resolución del PE fue categóricamente rechazada por la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba (ANPP), incluso desde el mismo día en que fue convocada la sesión. La Comisión de Relaciones Internacionales del Parlamento Cubano adoptó una declaración de denuncia en la que expresó: “constatamos con indignación que el mismo grupo reducido de eurodiputados que responden a la agenda de Washington ha logrado imponer un nuevo debate sobre Cuba el próximo 16 de septiembre, arrastrando tras sí a los grupos políticos de los que son miembros, lo cual convierte nuevamente a esa entidad legislativa en triste rehén de una escalada agresiva ajena a intereses genuinamente europeos y contraria al espíritu de diálogo respetuoso que ha primado en las relaciones entre Cuba y la Unión Europea”. Más adelante, el documento de la ANPP alertaba “sobre el peligro que representan ejercicios politizados como este, que responden más a las agendas personales de sus promotores que a una genuina preocupación por la protección de los derechos humanos en Cuba y en el mundo”
A pesar de la tensión evidente que los lamentables sucesos derivados de las manifestaciones del 11 de julio de 2021 generaron en las relaciones entre la UE y Cuba, el 14 de septiembre de 2021 se procedió a inaugurar un importante proyecto de cooperación de la Unión Europea, a través de su programa regional EUROCLIMA+.
Posteriormente se discutió una resolución del PE el 17 de diciembre de 2021, sobre el panorama de determinados ciudadanos cubanos encarcelados y represaliados por haber participado el 11J, aun con sentencia pendiente.
La cooperación europea en Cuba está regulada en el ADPC, que establece las condiciones para el desarrollo de “vínculos estables, mutuamente beneficiosos y a largo plazo”. Sin embargo, la cooperación del bloque integracionista europeo con Cuba es de vieja data, y ha sido de indudable importancia para el avance de algunos sectores, territorios y proyectos cubanos que se han beneficiado del aporte europeo.
Oficialmente, las relaciones de cooperación entre la UE y Cuba comenzaron en 1988, y desde esa fecha la UE ha financiado más de doscientos proyectos de cooperación por valor de 300 millones de euros. Durante las dos primeras décadas de cooperación, la prioridad de la colaboración europea se centró en la financiación de proyectos de emergencias en respuesta a huracanes, gestionados por la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas (ECHO, por sus siglas en inglés).
Con posterioridad, entre 2007 y 2013, la cooperación bilateral se centró en los sectores de agricultura sostenible y seguridad alimentaria, fuentes renovables de energía y cambio climático, y modernización de la economía. En el ciclo de cooperación 2014-2020, esta estrategia siguió siendo relevante y se ha mantenido hasta la actualidad en lo que se define como las prioridades del nuevo ciclo de cooperación 2021-2027.
Hasta la última fecha para la cual se dispone de información (diciembre de 2019) se registraban en fase de implementación 48 proyectos por un valor de 83 millones de euros y 23 proyectos por un valor de 56 millones de euros en proceso de contratación directa o por convocatoria previstos a iniciar antes del fin de 2019.
Podemos concluir afirmando con base a los datos aportados, que el enfoque de la UE de brindar una ayuda económica orientada a impulsar objetivos específicos como la soberanía alimentaria o las energías renovables no propician la adopción de acciones firmes para lograr un enfoque multilateral y coordinado respecto a Cuba que priorice los derechos humanos y la democracia en el país; con la participación activa y consultiva de la sociedad civil independiente. Los reclamos de democracia, libertad y derechos humanos por parte de la ciudadanía cubana cada vez resultan más evidentes, como hemos podido comprobar en el último año con acciones antigubernamentales casi diariamente, sin embargo, el enfoque actual de la UE ignora dichas demandas. Esta institución debería adoptar una posición firme de condena hacia la violación sistémica de los derechos humanos en Cuba, durante los seis años en los cuales el ADPC ha estado vigente la dictadura cubana ha violado deliberadamente dicho acuerdo, sus actos lo demuestran, los 1027 presos políticos actuales son un ejemplo de ello. Vale la pena preguntarse, ¿es realmente el cumplimiento de los derechos humanos en Cuba la máxima prioridad de la Unión Europea?
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